El Ramadán puede ser una época difícil para los cristianos que antes eran musulmanes, especialmente si aún no han comunicado a sus familiares y amigos que ya no siguen el Islam. Muchos luchan por saber cuándo decírselo, porque a menudo es el momento en que comienza la persecución. El Ramadán puede ser especialmente difícil para los creyentes de origen musulmán porque pueden sentirse presionados para ayunar y asistir a las horas de oración del Ramadán en la mezquita.
Mantengámonos firmes sin titubear en la esperanza que afirmamos, porque se puede confiar en que Dios cumplirá su promesa. - Hebreos 10:23
Sin embargo, lo que ahora sufrimos no es nada comparado con la gloria que él nos revelará más adelante. - Romanos 8:18.
1. Ora por estos creyentes locales, especialmente en esta época difícil. Ora para que sientan la cercanía y la paz de Jesús.
2. Oremos para que tengan audacia para proclamar a Cristo y sabiduría para saber cuándo compartir y cómo conducirse en las dificultades propias del Ramadán.
3. Oremos para que tengan el poder de hacer una buena celebración con los seres queridos que no son salvos, sin dejar de apuntar a Cristo.
4. Oremos por aquellos que están pasando por momentos de persecución o que han sido condenados al olvido por sus familias. Muchos de ellos pueden sentirse solos durante esta fiesta en la que las familias se reunien para convivir y compartir.