En los países árabes, tiene una cultura del honor y la vergüenza. La familia y la comunidad son muy valoradas, y cada decisión se toma teniendo en cuenta cómo afectará y se reflejará en la familia. Preservar el honor y evitar la vergüenza es incluso más importante que la verdad. Esta es a menudo una razón por la que la gente puede creer en Jesús, y sin embargo rechazarlo porque no pueden manejar la vergüenza que traería a sus familias y amigos.
Pero los hijos de Israel, que se esforzaron tanto en cumplir la ley para llegar a ser justos ante Dios, nunca lo lograron. ¿Por qué no? Porque trataban de hacerse justos ante Dios por cumplir la ley en lugar de confiar en él. Tropezaron con la gran piedra en su camino. Dios se lo advirtió en las Escrituras cuando dijo: «Pongo en Jerusalén una piedra que hace tropezar a muchos, una roca que los hace caer. Pero todo el que confíe en él jamás será avergonzado». - Romanos 9:31–33.
Esto lo hacemos al fijar la mirada en Jesús, el campeón que inicia y perfecciona nuestra fe. Debido al gozo que le esperaba, Jesús soportó la cruz, sin importarle la vergüenza que ésta representaba. Ahora está sentado en el lugar de honor, junto al trono de Dios. - Hebreos 12:2.
1. Oremos para que los musulmanes vean que puede haber libertad de la vergüenza.
2. Ore por aquellas personas que quieren creer en Jesús, pero tienen miedo de dejar el Islam por la vergüenza que le causará a su familia. Oremos para que tengan el valor de elegir a Cristo y así llevar y compartir a sus comunidades el mayor bien (Jesús) para sus familias.
3. Oremos para que familias enteras e incluso comunidades decidan seguir a Cristo juntos.