El primer y fundamental pilar del islam se llama shahada, o confesión de fe. Este sencillo credo dice: "No hay más dios que Alá, y Mahoma es el Profeta (o mensajero) de Alá". Se considera que alguien es musulmán si cree sinceramente y recita esta sencilla frase en árabe. Incluso la primera parte es una negación de Jesús, porque la idea detrás de esto es que Dios no puede tener un hijo, y Jesús no es Dios.
Los musulmanes chiítas, que comprenden alrededor del 10 al 13% de todos los musulmanes, añaden otra cláusula que dice: "Y Alí es el amigo (o hombre santo) de Alá". Alí, primo y yerno de Mahoma, es venerado y reconocido por los chiíes como el primer sucesor de Mahoma tras su muerte en el año 632 d.C.
La shahada completa no se encuentra en un solo verso del Corán. Es una combinación de declaraciones que se encuentran en muchos versos del libro sagrado musulmán que se centran en la unicidad de Alá y en Mahoma como mensajero de Alá. Refuerza que los musulmanes sólo deben adorar a Alá, y es el ejemplo de Mahoma el que los musulmanes deben seguir. La unicidad de Alá, conocida como tawhid, es la suprema creencia islámica.
Todo lo demás se desprende de este entendimiento central y crítico. El Corán dice en el capítulo 4, versículo 48, que adorar a cualquier persona o cosa que no sea el único Dios verdadero es idolatría. Es el pecado imperdonable.
La shahada proporciona un medio sencillo pero eficaz de cohesión de la fe entre los 1.800 millones de musulmanes del mundo. No importa de qué lugar del mundo procedan los musulmanes, ni su lengua o cultura, son musulmanes si creen y confiesan genuinamente esta declaración de fe.
Lamentablemente, a veces la shahada es una cuestión de vida o muerte. Distingue a los creyentes de los incrédulos, por lo que grupos como Boko Haram obligan a los individuos a demostrar su lealtad y a preservar sus propias vidas recitándola.
En el Islam, la palabra escrita se desarrolló como una forma de arte. Aunque se considera un sacrilegio representar a Dios en forma humana, las palabras son fundamentales en el arte islámico. El texto de la shahada se puede encontrar en una hermosa caligrafía en todos lados, desde edificios hasta tapices de terciopelo negro.
Las paredes interiores y exteriores de las mezquitas suelen estar decoradas con magníficas representaciones de la confesión de fe, a menudo en impresionantes tonos de azul. Adorna joyas, materiales impresos e incluso banderas estatales (la bandera de Arabia Saudí lleva la confesión de fe entera en caligrafía blanca sobre fondo verde).
La shahada es el elemento central de la llamada musulmana a la oración. Suena por millones de altavoces desde las mezquitas de todo el mundo cinco veces al día. Algunos fieles llevan incluso relojes programados y saben cuándo es la hora de rezar cuando la voz de un hombre canta la shahada como una alarma.
Algunos musulmanes se levantan y se acuestan con la shahada en los labios. Es la primer frase que los recien nacidos escuchan susurrandoles en el oído derecho y las últimas palabras que pronuncien o escuchen cuando se acerquen a la muerte. Esta se proclama varias veces al día desde las mezquitas durante el llamado a la oración. Muchos nunca lo cuestionan, porque el Islam es todo lo que escuchan, y el Islam les enseña a no cuestionar.
Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí. - Juan 14:6.
Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos. - Hechos 4:12.
1. Ora para que los musulmanes piensen por sí mismos y no sigan ciegamente lo que están haciendo todos a su alrededor.
2. Oremos para que tengan acceso a la verdad y que estén abiertos a ella.
3. Ora para que el evangelio se proclame ampliamente y para que Jesús sea revelado a sus vidas.