El tercer pilar de la práctica islámica es el impuesto obligatorio conocido como zakat, que significa purificar, crecer o fomentar. La intención es que las personas y sus posesiones se purifiquen y quizás incluso se multipliquen a través de la generosidad de las donaciones.
El Corán habla del zakat en el capítulo 2, versículo 177, y define la rectitud en parte a través de la entrega de la riqueza a "los parientes, los huérfanos, los necesitados, los viajeros, los que piden ayuda y para liberar a los esclavos..." En 9:103, se anima a Mahoma a tomar de la riqueza de la comunidad musulmana para "... purificarla y hacerla crecer, e invocar las bendiciones de Alá sobre ella".
Se han escrito volúmenes y volúmenes de la ley islámica (sharia) que abordan los matices del zakat. Pero en esencia, todo musulmán debe hacer un inventario de su riqueza cada año -propiedad, dinero en efectivo, ahorros, oro, plata- y contribuir con el 2,5% de este total en beneficio de los menos afortunados.
En algunos países, por ejemplo, la riqueza de una persona se mide en tierras o ganado, por lo que existen fórmulas para el zakat basadas en la cantidad de tierra o en el número de ovejas, ganado o camellos que se posea. Las personas están exentas del zakat si sus bienes son inferiores al valor de 85 gramos de oro. El zakat es distinto del sadaq, que es la caridad voluntaria, es decir, dar más allá de lo requerido.
El zakat tiene implicaciones legales y espirituales en el Islam. En esencia, esta obligación les recuerda a los musulmanes que todo lo que tienen viene de Alá, y es la voluntad de Alá que todos los miembros de una comunidad musulmana tengan sus necesidades económicas básicas cubiertas.
La riqueza, en el Islam, no debe ser acumulada por unos pocos a expensas de los demás. El zakat no sólo debe beneficiar a los pobres, sino que también puede utilizarse para pagar a los misioneros musulmanes y para la construcción de escuelas, hospitales y mezquitas (aunque no para mantener a los dirigentes de las mezquitas; eso es responsabilidad de la congregación).
A veces el zakat se entrega directamente a los necesitados. Otras veces se utiliza para financiar programas que ayuden a salir de la pobreza. Lamentablemente, a veces el zakat se utiliza para financiar grupos extremistas conocidos, como Al Qaeda y los talibanes.
Por otro lado, los musulmanes creen que la salvacion se obtiene por obras; así lo enseñó Mahoma: «La oración nos lleva la mitad del camino hacia Dios, el ayuno nos lleva a la puerta de Su palacio, y las limosnas nos permiten la entrada». La diferencia entre el dar de forma obligatoria (el zakat) y la voluntaria (el sadaq) es: La zakat se exige a todos aquellos que, voluntariamente o bajo la fuerza, entran en la hermandad del islam; pero no es un impuesto, sino que debe ser considerado como un préstamo hecho a Dios, el cual te pagará muchas veces. Las ofrendas voluntarias (sadaq) son también una vía para expiar ofensas, y se deben dar a parientes, huérfanos, necesitados y viajeros […] La zakat debe ser gastada con los pobres, los necesitados, aquéllos que la recogen, aquéllos que serán convertidos (al islam), esclavos, prisioneros, deudores, caminantes, y aquéllos que están en el Camino de Dios.
En varios países, el zakat está incluido en la legislación nacional, como en Libia, Malasia, Pakistán, Arabia Saudí, Sudán y Yemen. Otros países cuentan con sistemas de caridad, pero no es obligatorio por ley.
Curiosamente, dado que la mayoría de los refugiados del mundo actual proceden de países musulmanes y que las necesidades para atenderlos son tan grandes, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) consultó a especialistas en derecho islámico para determinar si las contribuciones del zakat podían distribuirse a través de los programas oficiales del ACNUR y cómo hacerlo.
Había dos condiciones: en primer lugar, el dinero no podía utilizarse para pagar salarios o gastos. En segundo lugar, las contribuciones debían destinarse exclusivamente a los musulmanes pobres y necesitados y/o a aquellos cuyos viajes se vieran afectados por la falta de dinero. Es importante señalar que el ACNUR renuncia a sus tasas estándar del 7% de gastos generales en todas las donaciones de zakat y promete que el 100% del dinero del donante ayudará directamente a los musulmanes necesitados.
Si bien todos nosotros somos como suciedad, y todas nuestras justicias como trapo de inmundicia; y caímos todos nosotros como la hoja, y nuestras maldades nos llevaron como viento. - Is 64:6.
nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo, - Tit 3:5.
Los musulmanes creen que su salvación se basa en que sus buenas acciones superan a las malas. Y dan caridad para ganarse el camino al cielo, y para parecer más espirituales.
1. Oremos para que se den cuenta de que sus buenas obras nunca podrán superar la magnitud de sus pecados.
2. Oremos para que sus pecados se vuelvan más y más pesados y que lleguen a reconocer con desesperación que la salvación se obtiene solamente creyendo que Jesus es el Señor y no por nuestras propias obras.